Cuando me vine a vivir a Granada, allá por Septiembre, estaba muy ilusionada con el cambio a esta ciudad, la magnífica ‘’meca del indie’’ según las opiniones. Cierto es que la concentración de grupos independientes que hay aquí es muy grande comparada con otras ciudades, o eso parece a simple vista.
Cuando llegué aquí, salía sola porque no conocía a nadie, y uno de los primeros locales con los que me topé fue con la famosa Sugarpop. La verdad es que me enamoré de aquel antro, el ambiente y la música, estaba en mi salsa. Tristemente, al poco tiempo, me llegó la noticia de que cerraban el bar para siempre, y así fue, cerrado quedó. Aunque más adelante, cada vez que pasaba por Gran Capitán, la calle en la que se localizaba el bar, veía algún cambio en su fachada, hasta que un día pude ver un cartel sobre la puerta que ponía Polaroid, en letras blancas, muy bonitas y llamativas.
La primera vez que me apresuré a ir fue en la sesión del dúo Ellos. Cuando entré en el bar, había cambiado mucho, en lo que se refiere a aspecto, de lo que era la Sugarpop: sofás de cuero negro bonito, una iluminación muy original, papel higiénico en el baño a cualquier hora de la noche, ya sabéis, esas cosas que os hace sentir felices a buenas horas de la noche.
A diferencia de otros locales de este tipo en Granada, los precios de la barra, en su mayoría, llegan a ser asequibles.
La Polaroid, por una serie de consecuencias, se ha convertido en el bar más frecuentado por mí en la noche granaína, que por si fuera poco, está situada en una de las zonas más céntricas de Granada en lo que respecta a bares.
Por supuesto, apuestan por la música independiente, alternativa, con sesiones de Djs y fiestas temáticas cada noche, que animan el local de una forma muy orginal. No es una sala que se masifique demasiado, y esto es otro punto que le da color al lugar.
Además, el personal, desde mi punto de vista, ha sido muy eficaz y agradable, cosa que a altas horas de la noche es difícil de ver. El local es de los pocos de Granada, junto a otros como Vogue, Blondie o BoogaClub, por nombrar algunos, que permanece abierto hasta las siete de la mañana, para los insaciables.
Es de entrada libre hasta las dos de la madrugada, y por seis euros con consumición incluída a partir de esta hora.
Si pasáis por Granada, o sois de aquí y no la conocéis, no perdáis la oportunidad de visitarla, pasaréis un buen rato seguro.
por Carmen Salvador