Vuelve Kiko, con más de 10 discos a sus espaldas, con Sensación Térmica, su último y más experimental trabajo made in Barcelona dispuesto a seguir repartiendo "Veneno" a quienes lo merezcan
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Nuevo año, nuevo disco, ¿cómo te sientes Kiko? ¿Ilusionado cómo el primero?
La ilusión te la da la música, el poder tocar, el poder crear sonidos para que la gente disfrute, compre tus discos, te contraten y poder dar conciertos. Investigar, buscar, expresarnos, y más en estos tiempos que la “cosa está mu mala” y tenemos que ser positivos.
¿Cómo ha sido esa unión profesional con Raúl Fernández, alias Refree, el productor de este disco?
Muy bien, no lo conocía de antes, pero sabía que trabajó con La Mala. Yo quería hacer algo diferente y experimental y Warner me lo propuso, nos conocimos y comenzamos a trabajar. He quedado muy contento con la producción de este disco, como los de toda mi carrera, aunque quizás con “Seré mecánico por ti” me costó más trabajo ya que venía de unos sonidos psicodélicos con Veneno y pasé a otros más ochenteros.
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¿Qué diferencia más notoria hay entre este disco y el anterior disco de estudio “Dice la gente”?
El sonido, sobre todo el sonido, las canciones son diferentes, no tan “aflamencás”, variedad de sonido, estilos e instrumentación, todo ello inspirado en los Beatles. Hablando Refree y yo sobre el disco, queríamos darle esa libertad artística.
Además, este disco es más musical, me he basado más en la música que en las letras, aunque siempre he tendido a darle mayor importancia a lo musical que a lo poético.
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¿En este disco podemos encontrar letras críticas al momento en el que estamos viviendo?
En este disco hay una canción que es muy de nuestra época, “Mala suerte”, que aporta las claves ideológicas y psicológicas de lo que está pasando. Soy un espíritu crítico, recojo el ambiente, eso significa revelarse contra el poder, con lo que te dicen que debes de hacer. Creo que todo artista, conscientemente o no, está siendo crítico, ya que narra de algún modo u otro lo que está pasando a su alrededor, y aquel que no lo hace es porque no tiene la suficiente capacidad de absorber ni es lo suficientemente profesional.
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¿Qué músicos han colaborado en la producción del disco?
Han colaborado Charlie Cepeda en la elaboración de las maquetas allá por el verano de 2010 en Sevilla, después Refree en la producción del disco con músicos de Barcelona y más tarde regresé a Sevilla para grabar algunas guitarras con músicos andaluces para darle “acentos” del sur. La única colaboración vocal ha sido la de Silvia Pérez Cruz, la cantante del grupo Las Migas, en el final de “Namasté”.
Al fin y al cabo el productor es quien manda y yo me dejo hacer.
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¿Cómo te sentiste que después de una gran carrera profesional te dieran el Premio Nacional de la Música el año pasado?
Tuve varios pensamientos acerca del premio, uno fue: “esto ya me quieren jubilar”. Lo segundo que pensé fue que como el PP quiere acabar con la cultura, pretendía con este tipo de reconocimientos lavar su imagen de alguna manera. Y por último considero que es un premio que valora la constancia de mi público y la mía propia.
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¿Cómo has vivido que en los últimos años te llamen de festivales dirigidos a un público joven y de artistas indies?
La experiencia ha sido anecdótica, fui como una atracción. Un reencuentro con otro público, algo muy bonito y placentero. Me han llevado al FIB, al SOS, al Sonorama… Realmente me sentí orgulloso de que la gente joven apreciara mi música.
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¿Con que momento te quedarías de la última gira “Échate un cantecito”?
El momento mágico fue el concierto de celebración del 20º aniversario del disco, en la sala Riviera de Madrid el 30 de mayo. Fue una noche llena de felicidad, ya que en medio de la crisis hubo un reencuentro de toda una generación que ha pasado mucho, y volver a encontrar las sensaciones que nos producía escuchar esas canciones fue bastante emocionante.
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¿Cuándo hiciste el disco “Veneno” con Raimundo y Rafael Amador, que esperabais con ese disco? ¿Pensabais que estabais revolucionando el flamenco, o era surgió todo de un modo natural?
Era consciente de lo que estaba haciendo en todo momento, de que eso era una bomba, y que si nosotros hubiéramos seguido, y hubiéramos tenido paciencia durante unos 5 o 6 años podríamos haber sido los Gipsy Kings y trascender internacionalmente. Ellos también tenían esa concepción de que lo que estábamos haciendo era grande, pero los gitanos tienen un percepción diferente a la mía, tienen un sentido de lo práctico, y no de visión de futuro, pero ellos le dan una chispa a la música y un brillo especial que estos últimos años se está echando en falta, su aportación ha ido decreciendo.
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¿Cuál es la canción de todo tu repertorio de la cual te sientes más orgulloso?
Sin duda, la que más lejos ha llegado de mi carrera de la que estoy más orgulloso es “Volando voy”. La que más derechos de autor me ha dado, la que más versiones ha tenido… y en parte, gracias a Camarón.
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La portada de “Sensación térmica” es, cuanto menos, diferente, ¿de quién fue la idea y el diseño?
De la portada se encargó mi hijo Adán. Él fue el que la creó, tuvo la idea, así que es difícil explicar el porqué de esta elección. Ha intentado definir este cambio de sonido que hay en el disco, esta nueva tonalidad del sonido, le ha dado un rollo de arte urbano, de pintura…
Además, por primera vez en mi carrera, con este disco, me gustaría proyectar imágenes de este tipo en los conciertos, que sirvan de telón de fondo, la gente lo agradece porque estéticamente es muy bonito.
@Srtahedonista
@Quentingas