Cae el sol sobre la azotea del Hotel Duquesa de Cardona de Barcelona y nos disponemos a vivir otro concierto de nuestro ciclo #43LivetheRoof. El protagonista de este domingo es Carlos Sadness, que juega en casa.
A eso de las siete y media, Sadness sube al escenario. El cartel de sold out se colgó hace días así que la azotea está llena y el público expectante. Suenan los primeros acordes del concierto y recibimos una lluvia de ‘Perseide(s)’. Carlos insiste en hacernos cantar, pero es pronto y el público todavía se muestra reservado. Los temas del último trabajo de Sadness se van sucediendo sin prisa pero sin pausa: ‘Celeste, ‘Días impares’, o ‘No vuelvas de Japón’ son bien acogidas por los asistentes.
Para romper el hielo, Carlos Sadness decide regalarnos una canción que apenas acaba de componer. Duda si tocarla o no, pero la insistencia del público le hace ceder. Un simple “yo la conocí en un taxi… de camino al club…” y consigue que todos soltemos una carcajada. Sí, se ha quedado con nosotros, pero oye, ya tiene al público en el bolsillo. Es momento de desenfundar nuestro ‘Bikini’y saludar a ‘Miss Honolulu’.
Un breve descanso y vuelta al ruedo. Esta vez más acustiquísimamente que nunca. Y es que desenchufado y entre el respetable Sadness nos conquista con su ‘Feria de botánica’. Es momento de mirar atrás y hacer un repaso a “Ciencias celestes”, su anterior trabajo, de la mano de ‘Siempre esperándote’, ‘Au revoir’ y ‘Hoy el día’.
De nuevo otra breve pausa (que aprovechamos para disfrutar de uno de los cócteles #Ginger43, cortesía de nuestro patrocinador) antes de entrar en la recta final. En un ambiente mucho más distendido, el público se muestra ahora más participativo y acompaña a Sadness en ‘Qué electricidad’. El concierto prosigue entre bromas y sin darnos cuenta llegamos a ‘Monteperdido’. Sentado sobre la barra, acústica en mano, el músico nos regala una última canción, ‘El día que hizo más viento que nunca’. Termina así otra tarde/noche en las alturas con el mar como testigo. Una noche dónde no han faltado ni el humor, ni las ganas de bailar. Esperamos poder repetirlo pronto.
Por Bitta, @SorBittadelimon